jueves, 5 de julio de 2012

Cada cosa a su tiempo

Con vergüenza comienzo esta redacción. He dejado botado este blog por más de un mes, y en ese tiempo han pasado muchas cosas. Tantas, que la mayoría de las series que sigo ya terminaron sus temporadas, he incluso su vida.

Vamos por parte. Primero: House. Hugh Laurie, el mismo que vino a Chile durante su cumpleaños a mostrar su veta de cantante; el mismo que personificó por 8 años al personaje, creo yo, más importante de la TV internacional en la última década; ese mismo Hugh Laurie es el que nos hizo disfrutar hasta el último minuto de la decadencia, genialidad y absurdo de Gregory House.  Debo reconocer que tenía altas expectativas de "Everybody Dies", el último episodio de la serie. Sin embargo, un extraña sensación de apuro, de apresurar las historias y hacer entrar mucha información en 45 minutos, me dejó un poco desilusionada.  Pero como buena fans, quedé feliz con el especial "The Swang Song", con todo el sabroso backstage de la serie, del tipo "ay, qué emoción, se deben echar de menos... me encantaría haber estado ahí".
Y en un abrir y cerrar de ojo, se había terminado para siempre una de las series más importantes de mi vida como espectadora.

En esos mismos días, seguía sufriendo hasta el hastío con Sam, en Lip Service... De verdad, hasta cuando había que verla así? Pero como dicen por ahí: "Pare de sufrir!", llegó el último episodio y con él, el tanque de oxígeno-felicidad para la DS Murray. La agradable novedad de la segunda temporada, la guapa Lexy, fue la encargada de mostrarle la luz al final del túnel a Sam... y vaya qué luz.  A estas alturas, da un poco lo mismo repasar aquella escena, así es que sólo haré memoria y lo disfrutaré en silencio. ¿Algún comentario de todos modos? Lo primero, es la alegría de saber que aún quedan personas (o personajes de series) que se la juegan, a pesar de ver todo en contra - en este caso, la insistencia de Lexy... aunque, claro, ¿quién no insistiría frente tamaña mujer?-, y lo segundo, lo "wow" de la escena: sexy, reflejando amor, sensibilidad. Una imagen hermosa.
Y acá estamos, en la tensa espera de saber si algún día, BBC Three se dignará a hacer la tercera temporada... antes  que las veamos a todas en un asilo.

Y para sumar, se terminó la tercera y calcada temporada de Glee; la maravilla televisiva-cinematográfica de Game of Thrones; y el imaginario colectivo de Once Upon a Time.

Ahora tengo una nueva debilidad televisiva... pero eso, va a ser tema de otro tópic. Salud!

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